Si la relación de fuerzas fuera favorable a Evo Morales,
este no habría renunciado.
El ahora, ex presidente, realizando llamados a la
tranquilidad.
Algunos sectores, están resistiendo. Eso no cabe duda.
A medida que pasan las horas, se ve más pronunciamientos y
movilizaciones de los grupos favorables a Evo.
Habrá que ver como se conjuga, la "no resistencia"
de Evo con el accionar de parte de sus bases y sectores populares, que apelan a
una acción más decidida. O sea que relación real hay entre estas situaciones
contradictorias. ¿Es un plan de Evo? ¿Las bases actúan por su cuenta?
Esto se irá viendo con el correr del tiempo.
La policía y las Fuerzas Armadas apoyaron a los golpistas
desde hace tiempo. Primero con su inacción dejando que estos, atacaran a los
funcionarios y familiares del gobierno. Ahora, se han pronunciado a favor de la
nueva situación. La incógnita es cuántos de esos policías y militares están con
Evo. O por lo menos, no apoyaron un enfrentamiento armado (bastante probable)
contra el pueblo.
El golpismo no creo que consiga mucho apoyo internacional,
por lo menos de los vecinos.
Al pasar a ser “gobierno” la oligarquía, estará en la mira
de todos los organismos internacionales.
Como ya se está viendo en distintos medios, el accionar de
los grupos derechistas, con su racismo y violencia extrema, causará cada vez
más rechazo.
Por otro lado, esta situación suma inestabilidad a una
región, donde Chile está convulsionado hace casi un mes, Argentina, cambia de
gobierno y Brasil, tiene su división entre Bolsonaro y Lula.
Cabe recordar que Bolivia se encuentra prácticamente en el
centro de América del Sur y tiene frontera con la mayoría de los países más
importantes de la zona.
Los países con fronteras podrían ser un refugio para los
opositores. Por lo menos Chile que por su situación vería difícil impedir el
paso de bolivianos a su territorio y Argentina, que con su nuevo gobierno que
asume a menos de un mes, apoyaría abiertamente los grupos pro Evo.
Veremos cómo avanza esta situación, que muestra como el
continente se ha convulsionado de una forma que no se veía desde los años 60.