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martes, 7 de enero de 2020

Sayyed Nasralá: El martirio de Soleimani y Muhandis pondrá fin a la hegemonía de EEUU en nuestra región



En este día, celebramos el martirio de un gran comandante en jefe, el general Qassem Soleimani, y el del vicecomandante en jefe del Hashid al Shaabi, Abu Mahdi al Muhandis, y sus compañeros iraquíes e iraníes que cayeron como mártires en la noche del viernes pasado. La noche del viernes 2/1/2020 es una fecha fatídica, una fecha que marca un antes y un después, una fecha que significa el comienzo de un nuevo período histórico no para Iraq o para Irán sino para toda la región.
Unas palabras a nivel personal. En la noche del viernes, el general Qassem Soleimani logró su objetivo final, su deseo más querido, que es el de cada comandante o líder de la resistencia. Es un proyecto personal, que no está vinculado a la nación, porque lo que piden para la nación islámica es que esta pueda vivir con dignidad y en paz, y que sus pueblos puedan disfrutar de todos sus derechos y riquezas.
Soleimani aspiraba a lograr este proyecto final, que en el caso de todos los muyahidines es conocer a Dios, el Misericordioso. Es una pasión que quema el corazón y el alma de todos los muyahidines. Una pasión compartida por Soleimani y Muhandis. Una pasión que se fortalece con el tiempo, a medida que envejecemos, porque cuanto más lo hacemos, más tememos morir en la cama por una enfermedad. Según los testimonios de los compañeros en Siria, Soleimani imploró todas las noches que Dios le otorgara este favor. El de caer como mártir.
Desde los suburbios del Sur de Beirut, ofrezco mis condolencias a su familia, sus hijas, sus hijos y su esposa, y les digo que su consuelo radica en el hecho de que su padre logró su deseo más querido después de décadas de yihad.
Lo mismo cabe decir del comandante en jefe Abu Mahdi Muhandis. Hace dos meses me hizo el honor de visitarme y me admitió que “la batalla con Daesh casi ha terminado y yo estoy envejeciendo. Entonces te pido que implores a Dios para que me conceda este favor de ser un mártir”.
En nuestra cultura, el martirio es una bendición y, por lo tanto, lo peor que el enemigo puede infligirnos es matarnos, pero nuestro objetivo final es precisamente caer en el martirio.
Felicitaciones a los mártires Qassem Soleimani y Abu Mahdi Muhandis por este glorioso martirio, porque pertenecemos a la escuela del Imam Hussein (P) y, de este modo, nos apasiona el martirio.
1- Los hechos
En la noche del viernes, el general Soleimani salió del aeropuerto de Damasco hacia Bagdad, de manera pública. En Bagdad, el general Muhandis lo estaba esperando en el aeropuerto. Subieron a un automóvil y unos minutos después, el convoy fue objeto de un ataque de drones estadounidenses.
Unas horas más tarde, los funcionarios norteamericanos se atribuyeron la responsabilidad del ataque, seguidos por el Pentágono y luego el propio presidente Trump.
Por lo tanto, nos enfrentamos a un crimen en el que la identidad del autor está fuera de toda duda, ya que él es quien reconoció su responsabilidad y, por lo tanto, no es un delito anónimo, como un ataque con coche bomba. Lejos de eso, nos enfrentamos a un crimen claro y abierto, ordenado por Trump y ejecutado por el ejército estadounidense.
2- Motivos y objetivos de este brutal crimen
Para empezar, este crimen se produce después de que fracasaran una serie de intentos de asesinato no reivindicados contra la persona de Soleimani. Como ejemplo, citemos el intento de asesinato contra Soleimani en Irán, en su ciudad, donde los terroristas habían alquilado una casa ubicada no lejos de una husseiniyah (lugar donde se celebran las ceremonias de Ashura) perteneciente a Soleimani y a la que cada año asisten miles de fieles. No solo la casa estaba repleta de explosivos, sino que los delincuentes también cavaron un túnel hacia la husseinyeh para colocar explosivos en los pilares de esta última. En otras palabras, estaban listos para masacrar a cuatro mil fieles con el fin de matar a Soleimani. La providencia divina y la profesionalidad de los servicios de seguridad iraníes lograron desmantelar la red terrorista y salvaron miles de vidas humanas.
Este crimen ocurre en un contexto regional marcado por continuos fracasos de EEUU en la región y la amenaza para los intereses estadounidenses en Iraq.
Ante semejante panorama, definimos los motivos de este asesinato:
Fracaso con Irán. Tres años después de la elección de Trump, su historial en términos de política exterior en la región e internacionalmente ha ido de fracaso tras fracaso. No puede presentar logros al pueblo estadounidense. Por el contrario, en la época de Bolton, el objetivo anunciado era la caída del sistema político iraní, llegando a prometer al pueblo estadounidense que esto sucedería antes de la Navidad. Bolton se fue, pero el sistema iraní sigue ahí. De hecho, cuando Bolton dijo esto, estaba expresando la estrategia de la administración Trump.
Luego, esta administración denunció el acuerdo nuclear. Irán no respondió a la provocación. Más tarde, Trump exigió un nuevo acuerdo nuclear, pero Irán se mantuvo firme en sus posiciones. Luego, impuso sanciones contra Irán en un intento de matar de hambre al pueblo iraní, pero Irán resistió.
Incapaz de firmar un nuevo acuerdo nuclear y de obligar a Irán a sentarse alrededor de una mesa con ellos, EEUU ha buscado en vano crear conflictos internos en Irán. En resumen, Trump lo ha intentado todo para hacer que Irán se doblegara y obtener aunque fuera solo una reunión con Rohani, pero en vano. Todo su objetivo era y sigue siendo llevar a Irán a la mesa de negociaciones.
Fracaso en Siria. Un fracaso reflejado en su traición hacia los kurdos seguido de la confusión de la administración Trump con respecto a la retirada o no retirada de las fuerzas estadounidenses de Siria. Al final, Trump decide quedarse no para proteger a un aliado, sino para apropiarse de petróleo sirio a petición de los israelíes, según la confesión de Trump.
Fracaso en el Líbano, donde se han intentado todo tipo de provocaciones, sanciones y conspiraciones para sumir al país en el caos, todo coronado por la llegada de Mike Pompeo con su declaración de guerra contra Hezbolá. Peor aún, cuando David Satterfield llegó al Líbano, amenazó a los funcionarios libaneses diciendo directamente que si no se eliminaban determinados sitios en Baalbeck, “Israel” los bombardearía, pero en vano. Porque “Israel” no se atrevió a atacar. Esto se debe a que hemos prometido que, en caso de ataques, responderemos rápidamente y sin dudarlo. Esto sin mencionar los intentos de apropiarse de la voluntad del Líbano en cualquier decisión.
Fracaso en Yemen, donde la guerra es un proyecto estadounidense, ejecutado por los saudíes.
Fracaso en Afganistán. Trump busca una solución, una salida de emergencia, entabla negociaciones con los talibanes y, de repente, las rompe.
Fracaso del acuerdo del siglo. No logró implementar el acuerdo del siglo como pretendía hacer durante el primer año de su mandato. ¿Dónde está este acuerdo del siglo hoy? Ya nadie habla de eso. Esto fue gracias a la resistencia de los palestinos y a pesar del embargo, el asedio, los asesinatos, la demolición de las casas, los ataques contra la Franja de Gaza y la represión en Cisjordania.
Finalmente, el fracaso final, Iraq, donde el proyecto de Trump es tan claro y arrogante. Trump no reconoce el derecho internacional, no tiene reparos y no siente respeto por la comunidad internacional. Trump ha dejado claro en todas sus campañas electorales y ha dicho en repetidas ocasiones que el petróleo de Iraq es un objetivo estadounidense. Para él, tiene derecho a tomar este petróleo para compensar a EEUU por el precio de su presencia en Iraq durante todos estos años.
La pregunta es cómo conseguir este petróleo. Para Trump la respuesta es simple. Mientras no haya un gobierno en Iraq, es fácil apoderarse de los pozos petrolíferos iraquíes. Mientras no exista un estado fuerte y unido, sino uno débil que implemente las directivas estadounidenses, el asunto está resuelto. Para hacer esto, EEUU creó el Daesh con el fin e desgarrar a Iraq y dividirlo, según la confesión de la Sra. Clinton.
EEUU no ha dejado de interferirse en los asuntos de Iraq, y este era el problema de Trump con Soleimani y Muhandis. Su proyecto cayó con la caída del Daesh, y esto gracias a las posiciones de la alta referencia religiosa iraquí y las facciones de la resistencia iraquí. Y es en este preciso momento que la actuación de Soleimani y Muhandis en el refuerzo de la cohesión interna, en la reconstrucción del país a nivel político, amenazaron a EEUU. Debido a que el argumento del Daesh, que justificaba la presencia de EEUU, ya no era válido, se levantaron voces después de la derrota del grupo exigiendo la retirada de las fuerzas estadounidenses del país.
Después del Daesh, se celebraron elecciones legislativas, cuyos resultados reflejaron fuertemente una nueva orientación política general centrada en la negativa a cumplir con las directrices de EEUU. EEUU afirmó que esta nueva orientación no representaba al pueblo iraquí y los acusó de ser pro-iraníes. No importa, porque después de estas elecciones se formó un gobierno, opuesto a EEUU. El gobierno de Abdel Mahdi se ha negado a unirse a la campaña contra Irán. Se negó a apoyar el acuerdo del siglo. Se ha negado a cerrar sus fronteras con Siria. El gobierno de Abdel Mahdi ha firmado acuerdos con China por valor de miles de millones de dólares para la reconstrucción del país.
Sin mencionar las votaciones en el Parlamento que exigen la retirada de las fuerzas estadounidenses del país.
Ante este nuevo contexto en Iraq, EEUU entró en pánico. Iraq se le iba de las manos.
EEUU nunca ha querido crear una democracia en Iraq. Por el contrario, trajo a mercenarios y criminales que masacraron niños y mujeres, destruyeron ciudades y lugares santos y decapitaron a personas.
EEUU creó el Daesh para arrastrar a los iraquíes hacia la guerra civil, sin embargo, la posición firme de las tribus y las facciones de resistencia y de la alta referencia religiosa iraquí lo impidieron.
Y así, Trump se encontró frente a una cita electoral sin ninguna hazaña que ofrecer a la opinión pública estadounidense.
Por su parte, Trump afirma haber logrado hazañas en términos de política exterior. Dijo al pueblo estadounidense que en Venezuela iba a derrocar al gobierno de Maduro, pero este plan fue un fracaso, en Cuba lo mismo, con Corea del Norte, Rusia y China también fracasó. Con sus aliados es peor, los trata sin respeto, los humilla y los insulta. Solo habla a los norteamericanos de tres cosas:
– Les habla sobre los 400.000 millones de dólares que tomó de Arabia.
– Habla sobre ventas de armas por valor de miles de millones de dólares a países de la región, prometiendo ofertas de trabajo al pueblo estadounidense.
– Y la transferencia de Al Quds como capital de la entidad sionista.
Aparte de eso, ¿qué ha logrado en la región? Nada.
El desafío directo que surge hoy en Iraq después de este asesinato es que no estamos en el caso de un asesinato tradicional, lejos de eso, estamos en una situación que marca el comienzo de un comportamiento de EEUU en la región. Ellos han lanzado una nueva forma de guerra en la región. Ellos estudiaron los elementos que creen que pueden romper el eje de la resistencia con el fin de restaurar su influencia en la región y poder explotar esto más tarde en el interior. Esto es porque EEUU no está listo para una guerra general, que sería demasiado costosa para ellos.
Del mismo modo, una guerra de “Israel” contra el Líbano es demasiado complicada para la entidad y una guerra con Irán aún más.
Por eso, EEUU se concentró en un factor que representaba dentro del eje de resistencia un punto central. La elección recayó en Soleimani. Durante mi última reunión con Soleimani, una visita amistosa porque Soleimani estaba de paso para verme, le dije que tomara precauciones porque la prensa estadounidense no dejaba de hablar de él y, por lo tanto, era un preludio de su asesinato. Obviamente, él solo sonrió.
En resumen, EEUU señaló que Soleimani estaba en todas partes: en la Palestina ocupada, donde apoyaba con armas, logística y experiencia a las facciones de la resistencia palestina. En el Líbano estuvo presente durante la guerra contra la agresión israelí de 2006. En Siria actuó contra el Daesh. En Iraq lo vimos entre los combatientes en los frentes, también en Afganistán y finalmente en Irán, donde los iraníes saben quién era Soleimani y qué significaba Soleimani.
Además, cabe recordar que “Israel” consideró que Soleimani era el hombre más peligroso desde su creación y lo llamó una amenaza para su existencia. Pudo matarlo en Siria, especialmente porque él no se escondía. Estaba en todos los campos de batalla. Sin embargo, la entidad sionista no se atrevió y recurrió a EEUU.
Y así, se tomó la decisión de matarlo de esa manera, reivindicando el crimen, en voz alta y clara por razones psicológicas.
Porque, a través de este asesinato, EEUU esperaba romper el eje de la resistencia, perturbar a sus facciones y debilitar a Irán e Iraq.
Ahora, dos proyectos se oponen y chocan. En primer lugar, un proyecto hegemónico estadounidense-sionista en la región, que quiere apoderarse de sus lugares sagrados, sus riquezas y su petróleo. Incluso el petróleo del Líbano, que aún no ha sido explorado, es un objetivo para EEUU. Y existe un proyecto de independencia y libertad para los pueblos. Entre estos dos proyectos, hay quienes están con uno u otro. Hay personas en el medio, hay personas que no saben dónde están y hay personas que miran esperando a ver quiénes serán los ganadores
3- Nuestras responsabilidades
Esta confrontación entre estas dos visiones, entre estos dos proyectos comenzó en la noche del asesinato en Bagdad. EEUU ha reivindicado tan descaradamente la responsabilidad de esta agresión para decirle a los iraníes que ha matado públicamente a uno de sus queridos generales. Y esto para obligarlos a ir a unas negociaciones, pero Irán respondió de inmediato a través del comunicado de prensa del ayatolá Ali Jamenei, seguido por todos los altos funcionarios militares iraníes sin olvidar al pueblo iraní, que espontáneamente salió a la calle cantando eslóganes de “Muerte a EEUU”. EEUU había apostado por una reacción negativa del pueblo iraní, pero se equivocó y, por lo tanto, el primer objetivo del asesinato fracasó en menos de 6 horas: el de doblegar a Irán, a su pueblo y el Estado.
En Iraq, EEUU se ha propuesto sembrar la confusión dentro de Hashid Al Shaabi, sumir la situación política interna en el caos, dañar la unidad iraquí, etc.
Sin embargo, sucedió todo lo contrario: personas, diputados, facciones, tribus, altas referencias religiosas se movilizaron, condenaron este acto y lo calificaron como una violación de su soberanía, exigiendo la expulsión de las fuerzas estadounidenses del país.
Mejor aún, todas las heridas que los estadounidenses intentaban reabrir, que datan de la guerra Irán-Iraq, sanaron para siempre con la sangre mezclada de los mártires iraníes e iraquíes, que cayeron en suelo iraquí. Una unidad iraquí-iraní se formó espontáneamente a través de las ceremonias de duelo de los mártires iraquíes e iraníes.
Los pueblos iraquí e iraní se han unido en el sufrimiento, en el combate, en la lucha contra la ocupación estadounidense. El segundo objetivo de este asesinato ha fracasado.
Hoy, y me dirijo al pueblo iraquí, el mundo está mirando la postura del parlamento: tras anunciar el voto en contra del acuerdo de cooperación con EEUU debemos esperar una fuerte movilización por parte de los estadounidenses para evitar el parlamento vote, pero esperamos que esta votación tenga lugar. E incluso, de otro modo, sé que los iraquíes, estos hijos de Abu Fadel Abbas (P), rechazarán la presencia de las fuerzas estadounidenses en Iraq, porque expulsar a EEUU del país es la menor de las acciones que esta querida gente puede hacer para vengar la sangre de Muhandis.
EEUU pronto descubrirá que el asesinato de Soleimani y Muhandos les costó la pérdida de Iraq. Soleimani liberó a Iraq con Muhandis. Esta sangre debe preservarse liberando a Iraq del yugo estadounidense.
Por su parte, Siria afirmó que continuará su camino contra la lucha contra el terrorismo. Lo mismo sucedió en Yemen.
En cuanto a los movimientos de resistencia, uno de los objetivos era aterrorizarnos en toda la región para hacernos retroceder. Sin embargo, ellos llevaron a cabo una primera respuesta en la que declararon unánimemente su determinación y su lealtad a la lucha contra la ocupación. Al nivel moral el martirio de Soleimani es un factor motivador porque estamos al borde de una victoria importante, una victoria histórica. Debemos continuar la lucha con tanto orgullo y coraje como hizo Soleimani. Volved a leer nuestra historia y tened en cuenta lo que nuestros Imames han repetido sobre los opresores y los tiranos: “Amenazas con matarnos cuando la muerte es una tradición entre nosotros y el martirio una bendición”.
4- La respuesta correcta
Este crimen debe ser castigado … No es un delito que involucre a una sola víctima, como por ejemplo un ataque estadounidense contra una base iraní o una personalidad iraní que no sea Soleimani, que serían actos que se considerarían una agresión contra Irán.
Sin embargo, Soleimani no representa a su persona ni a su país de origen, representa a la nación islámica y al eje de resistencia y, de este modo, atacar a Soleimani es apuntar al Líbano, Siria, Palestina, Afganistán. Dicho esto, los iraníes son libres de tomar represalias como mejor les parezca.
Y, por lo tanto, seré franco con nuestros amigos y nuestros aliados. En primer lugar, debemos aclarar un punto: Irán no le pedirá a nadie, ni a las fuerzas del eje de resistencia, ni a los países amigos o aliados que tomen represalias … Las fuerzas del eje son libres de tomar represalias o no, dependiendo de su voluntad y de su evaluación de la situación. Seamos claros en este tema. Irán no ha pedido y no cuenta con nadie para llevar a cabo una respuesta. Irán está de luto. Ha perdido a uno de sus mejores líderes. Él sabe cuándo y cómo responderá.
Entonces, ¿cómo vamos a reaccionar? ¿Nos contentaremos con condenar sabiendo que se ha impuesto un nuevo período que requiere una respuesta justa?
Por justa, quiero decir una justicia que pueda reflejar el estatus de Soleimani y su peso estratégico. Ciertamente, no se trata de matar a un oficial militar o un secretario de Estado de EEUU, porque el zapato de Soleimani vale más que la cabeza de Trump o los jefes de toda su administración. No hay una comparación justa en este caso.
Una respuesta justa solo puede resultar en la expulsión de todas las fuerzas estadounidenses de la región.
Toda base militar, todo navío, todo soldado, todo dron, todo caza de EEUU debe pagar el precio de su presencia en nuestra región. El pueblo de EEUU no tiene nada que temer de nosotros, salvo aquellos que colaboran y apoyan directamente a esta administración y sus planes en la región.
Si las fuerzas de la resistencia eligen esta confrontación, EEUU dejará la región humillado y derrotado. Los mártires que expulsaron a las fuerzas estadounidenses de la región en el pasado, todavía están presentes. Hoy, los combatientes son más numerosos, están mejor armados y son más eficientes.
La única respuesta justa al asesinato de Soleimani y Muhandis es la expulsión de las tropas estadounidenses de la región, y esto sucederá In Sha Allah, y recuperaremos Al Quds, tan pronto como EEUU sea expulsado de la región porque no tendremos necesidad de una guerra con los israelíes. Ellos se irán solos.
Trump, el ignorante, no tiene conciencia de las repercusiones de su acto, y mucho menos su administración. Los próximos días serán testigos de mis palabras, recuerden.
La respuesta justa será la de todos los mártires del eje de resistencia, Soleimani, Muhandis, Ghareb Harb, Imad Mugnieh.
Esta respuesta justa es una decisión tomada con calma. No estamos enojados, somos personas racionales que no nos dejamos llevar por las emociones, porque para nosotros este martirio nos ofrece la oportunidad de poner fin a la hegemonía estadounidense en nuestra región.